Mi meta este año era leer más mujeres, creo que esa fue una de las razones por las que me uní al club de lectura «Lecturas lilas» donde leemos autoras de distintos géneros y nos reunimos una vez al mes para platicar sobre el o los libros que leímos.
A lo largo de estos meses me he sorprendido con lo solidario y confortable que puede ser tener una red de apoyo femenina, ¿por qué?
Verán, no conozco a ninguna de las mujeres del círculo (físicamente) y aún así nos apoyamos, preguntamos cómo estamos, nos damos aliento en días difíciles y entendemos que una es súper maravillosa, pero no se puede ser súper todos los días.
Por eso y más me he enamorado del círculo de lectura. La verdad es que sí son adictivos porque una quiere leer más, descubrir más, pero tampoco quiero terminar odiando el único hobbie que es constante en mi vida.
Gracias a este club de lectura pude descubrir un libro hermoso de Ciencia Ficción, que más abajo les comentaré. Difícilmente podría haberlo leído por mi cuenta, ya que soy amateur en ese género.
Ciencia Ficción en el club de lectura
El mes pasado leímos Un largo viaje a un pequeño planeta iracundo de Becky Chambers y ¡uf, qué chulada de libro! Te habla de temas como el lenguaje, la intertextualidad, la familia, la concepción de la vida en distintas especies, del amor entre especies y la pérdida.
A mí me pareció genial la forma en que resolvió el uso del lenguaje neutro para hablar de especies/personas que no sabes cómo determinarlas. ¡Una genialidad que no resultó incómoda!
Aunque al inicio la lectura es lenta, dado que es una serie de tres libros, al terminar el primer tercio del libro se convierte en algo adictivo, estremecedor y se vuelve inevitable no encariñarte con los personajes.
Lo bueno: el lenguaje, la crítica a la maternidad y a las guerras. La dureza de romper con tu pasado. Elegir tu familia. El dolor de perder a un ser querido.
La autora no pierde tiempo en dar demasiadas descripciones larga e innecesarias sobre los personajes. Da detalles puntuales y los deja abiertos a tu imaginación.
Hay mucha humanidad en este libro, ¡mucha!
Lo malo: Estuve a punto de abandonarlo porque el inicio me pareció aburrido, lento y tedioso. Leer los nombres de las especies (nada que una no se acostumbre).
Lo mejor: las relaciones entre especies con necesidades distintas sexo-afectivas. La importancia de la comunicación y la responsabilidad emocional y afectiva.
¿Lo recomiendo?
Claro que sí. Es un libro precioso. También recomiendo unirte a un club de lectura, sea el de «Lecturas lilas» o cualquier otro, es un gran apapacho en estos tiempos rarísimos de pandemia.
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